dijous, 11 d’agost del 2011

La CUP, sí es, una izquierda diferente y de verdad

El 30 de julio, salen publicadas, en medios comarcales, unas declaraciones del concejal de Reus, David Vidal, en las que denuncia una práctica política en hechos concretos. Una práctica, puede decirse, generalizada en casi todos los Ayuntamientos.
“El último consejo del Grup Salut, sirvió para hablar de una estatua e ir a desayunar”. Se trataba de donde ubicar un monolito de homenaje a la maternidad; concretamente en el apartado de la empresa que gestiona, entre otros, los hospitales de Reus, Mora y Amposta. Increíble, dijo David a los medios. Hizo referencia también a que se ignoraran, a que se pasara totalmente, de los temas importantes y graves que había para abordar de la sanidad. “A la reunión, los consejeros fueron sin orden del día, en cambio si sabían que tenían dietas”. Una reunión, (parece ser) con un orden del día improvisado, cuya finalidad podía ser cualquier cosa (menos abordar los problemas y ver de darles soluciones responsables y creíbles), tal y como nos tienen acostumbrados generalmente.
Y vean esto otro: “Por otra parte, hoy también los concejales, hemos cobrado entre 600 y 1.300 euros por menos de tres horas de trabajo. Una cantidad que es lo que a muchos trabajadores les cuesta un mes de trabajo”. Entonces pregunto yo: ¿para qué tienen asignado el salario mensual los miembros de Consistorio? ¿No es por trabajar?
Ya era hora; por fin alguien desde dentro, denuncia lo que viene siendo un devoro de estipendios públicos. ¡Se acabó la diversión, llego la CUP y mando parar! David aseguró que su organización denunciará y criticará actitudes como las que vivió.
Hay quienes se molestan cuando se les compara y se les mete, como izquierda descafeinada, en el mismo lote que a los socialistas; pues este es un ejemplo. No sólo basta con decir nosotros no somos iguales y si somos de izquierdas. Serlo, indiscutiblemente, es parecerlo. Porque el que calla otorga, y vosotros… mal que nos pese a todos, lleváis otorgando en las instituciones desde hace mucho tiempo.
Viajes, dietas, comidas de trabajo, por las que algunos restaurantes se frotan las manos con las tarjetas oro de los ayuntamientos. Un funcionamiento muy generalizado, de práctica desvergonzada y delincuente de quienes ejercen el poder político, en las instituciones, teniendo por costumbre meter la mano en las arcas públicas y sacar dinero como el que saca, de un saco, puñados de garbanzos.
La CUP, viene a caer en el Ayuntamiento de Reus como agua “bendita” para sus ciudadanos y como chinchetas boca a riba en las poltronas del Consistorio. Lástima que no haya podido estar presente, en el mismo, desde hace mucho tiempo, y sobre todo en los últimos años, donde se aprueba y se construye el hospital nuevo de esta población.

07-08-2011
José Estrada Cruz